Caracas.- FTX era uno de los mercados más grandes del mundo por volumen y transacciones que se hacían por día, era usualmente una de las empresas más grandes en todo el sector de las criptomonedas, su director llamado San Bankman-Fried hace un tiempo gestionaba una empresa que se llama Alameda Research esta empresa gestionaba aproximadamente 14 billones de dólares, por lo tanto estas empresas eran prácticamente hermanas y tenían fuertes conexiones.
Toda esta caída que actualmente poseemos en el mercado comenzó con un rumor de una noticia de CoinDesk, donde explicaba que gran parte de los balances de Alameda Research estaban formados por el Token FTT emitido por FTX, otra empresa de Bankman-Fried.
Tras una semana de agonía, FTX, una de las mayores empresas de criptomonedas del mundo, se declaró en bancarrota.
La plataforma de compraventa de divisas digitales se protegió este viernes al Capítulo 11 de la ley de quiebras de Estados Unidos en busca de protección judicial, mientras encuentra alguna forma de reembolsar los miles de millones de dólares perdidos por sus clientes.
San Bankman-Fried, fundador y consejero delegado de FTX, pidió disculpas por la difícil situación financiera de su empresa y anuncio su renuncia.
La empresa explico que el objetivo de la bancarrota es “comenzar un proceso ordenado para revisar y monetizar activos en beneficio de todas las partes interesadas”.
La caída en picada de la firma pone fin al caos de los últimos días que anticipan un eventual colapso de la empresa.
A principios de esta semana, muchos clientes se apresuraron a retirar sus fondos cuando surgieron rumores de que FTX y otras empresas encabezadas por Bankman-Fried estaban en serios problemas financieros.
Bankman-Fried intento organizar un rescate con la esperanza de que Binance, uno de los mercados de criptomonedas más grandes del mundo, lo adquiriera.
Pero Binance se alejó del trato, dejando a FTX a la deriva, mientras intentaba recaudar millones de dólares para evitar su caída.
La crisis llego a tal punto que muchos clientes quedaron sin acceso a su dinero.
El procedimiento de quiebra involucrara a FTX, así como a Alameda Research, una empresa comercial fundada por Bankman-Fried, y a aproximadamente 130 afiliados, según el comunicado que FTX compartió en twitter.
John J Ray, un abogado que anteriormente trabajo en una firma de capital de riesgo y tiene experiencia en bancarrotas, fue nombrado director ejecutivo en lugar de Bankman-Fried.
“FTX Group tiene activos valiosos que solo pueden administrarse de manera efectiva de un proceso conjunto organizado”, dijo Ray en un comunicado.
Las victimas
Uno de los clientes de FTX, el británico Thomas Culham, le dijo a la BBC que no ha podido retirar los UD$2.300 que invirtió.
Para él ha sido “gran golpe” ya que sus fondos en FTX eran una “parte decente” de su cartera de inversiones. “Probablemente se han perdido”, dijo el joven de 22 años. Tal vez dentro de unos años pueda obtener algún tipo de compensación, tienen activos y deberían poder liquidarlos.
Antes del colapso, Bankman-Fried era una de las estrellas de la escena de la criptomonedas, con un patrimonio neto estimado en más de US$15.000 millones justo antes de que comenzara la pesadilla.
Con frecuencia el emprendedor hablaba en nombre de la industria ante los reguladores y había ejecutado una campaña publicitaria en Estados Unidos, reclutando a celebridades como Tom Brandy y Gisele Bundchen, para convencer al público de que las criptomonedas eran buena inversión.
Los problemas en su firma han sacudido la confianza en el resto del criptomercado, con monedas como bitcoin cayendo un 20% esta semana.
Las autoridades han advertido durante mucho tiempo sobre los riesgos para los criptoinversores y han expresado su preocupación por la amenaza de una turbulencia financiera más amplia, a medida que las empresas financieras tradicionales amplían sus inversiones en ese mercado.
Sin embargo, no todos comparten el temor de un contagio masivo.
Dan Ives, analista de Wedbush Securities, dijo que pensaba que la caída de FTX no generaría problemas mayores en la industria. “Es un evento de cisne negro. Realmente no hay sangrado en el mercado en general, hay contención, le dijo a la BBC.
A pesar de que podrían perder su dinero, Culhan dijo que ello no lo desanimaría a invertir en más criptomonedas en el futuro.
“Creo que hay muchas oportunidades”, aseguro el joven, y agrego que no estaba invirtiendo más de lo que podía permitirse perder, y que tampoco invertía en un solo tipo de criptomonedas.
Jeremy Allaire, cofundador y director ejecutivo de la empresa Cicle, dedicada a transar “stablecions”, un tipo de criptomonedas fundadas para tener valor estable, cree que “se necesitan regulaciones claras para ayudar a proteger a los consumidores de las empresas que operan sin gestión de riesgos empresariales”.
“Es decepcionante que una tecnología que se generó como reacción a la quiebra de Lehman Brothers (el banco estadounidense) de 2008 haya dado lugar a su propia adaptación de la misma. Podemos hacerlo mejor” aseguro Allare en entreviste con BBC Mundo.
El análisis que realizo Joe Tidy, corresponsal de Tecnología de BBC
Dice que se pueden hacer y perder fortunas en “criptolandia” en un abrir y cerrar de ojos. Pero no ha tenido una caída como la de Sam Bankman-Fried.
Hace solo dos meses, el multimillonario de 30 años estaba siendo comparado con el magnate de inversiones Warren Buffett.
Fue denominado “el rey de las criptomonedas” y no solo sobrevivio al duro clima criptográfico de 2022, sino que progreso.
Pero en poco más de una semana, su imperio FTX se ha derrumbado. Hundiendo el mercado de criptomonedas en el estancamiento y castigando el valor de las divisas virtuales.
Bankman-Fried admitió que la caída es su responsabilidad, pero eso será un escaso consuelo para los 1,2 millones de clientes de FTX que potencialmente podrían perder sus ahorros en criptomonedas.
Todos los ojos se dirigirán ahora a los otros principales mercados de criptomonedas. Con FTX, el segundo más grande en quiebra, la presión estará sobre las compañías restantes para demostrar que tienen la solidez financiera para mantenerse a flote.
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