La brucelosis, también conocida como fiebre de Malta o fiebre ondulante, es una enfermedad bacteriana causada por varias especies de Brucella, y algunos de los síntomas que ocasiona son; dolores abdominales, fiebres, escalofríos, dolor de cabeza, sudores nocturnos, tos, fatiga, dolor de espalda y en algunas ocasiones, diarrea.
Se trata de una zoonosis, lo que significa que es propia de los animales, principalmente infecta al ganado vacuno, porcino, caprino, ovino y a los perros. Sin embargo, los seres humanos también pueden contagiarse accidentalmente de este bacteria, generalmente contraen la enfermedad por contacto directo con animales infectados, por comer o beber productos de animales contaminados o por inhalar agentes transmitidos por el aire, la transmisión de persona a persona es muy poco frecuente. Según la OMS, la mayoría de los casos en humanos ocurre por la ingesta de leche o queso no pasteurizados.
Algunas personas en Tucupita, estado Delta Amacuro, afirmaron tener miedo de consumir la carne y el queso que venden en la región por miedo a contraer esta enfermedad, pues según ellos la situación del país impide que los productores adquieran los insumos necesarios para tratar a los animales adecuadamente.
José Sotillo, ingeniero agrónomo, junto con la Unión de Criadores de Búfalos (Unicría) advirtieron el pasado 9 de noviembre que se podría registrar un severo brote de brucelosis en la entidad. Los expertos atribuyen la posible enfermedad a la falta de jornadas de vacunación de los animales y escasos insumos para el correcto mantenimiento, lo que pondría en riesgo a los consumidores.
De acuerdo con Sotillo esta enfermedad bacteriana que afecta principalmente al ganado vacuno, no está siendo tratada debidamente entre los diferentes rebaños del estado Delta Amacuro por lo difícil que es conseguir la vacuna, por eso advierte del peligro que supone esta realidad para los consumidores.
Aseveró que antes los ganaderos podían obtener las vacunas en algunas instituciones gubernamentales. Sin embargo, ya no es así. Asimismo, agregó que muchas personas han sacrificado al ganado y comercializan la carne, lo que pone en riesgo la salud.
“Tienes temor de comprarte un queso porque ese queso está infestado, entonces ellos lo que hacen es que le echan más sal. Entonces van a matar un animal enfermo, cómo te vas a comer esa presa, la carne es un veneno”, advirtió el ingeniero José Sotillo.
El pasado 7 de octubre, la Unión de Criadores de Búfalo (Unicría) de Delta Amacuro denunció que el abordaje de vacunación contra la brucelosis no es la adecuada en Venezuela.
Carlos Díaz, habitante de la urbanización Delfín Mendoza en Tucupita, insistió en una entrevista al portal de noticias Tenetanae en donde manifestó que no confía en la calidad de los productos pecuarios que se venden en esa localidad. Aseguró que su desconfianza y la de otros habitantes es producto de posibles brotes de brucelosis.
“Cuando uno ve las políticas de vacunación constantes por parte de los productores, uno adquiere más confianza”, dijo. Díaz sugirió la creación de un grupo que asista a los centros de producción para verificar y certificar el sistema sanitario de los rebaños.
Otro habitante de Tucupita, Eduardo Pérez, afirmó que tampoco confía en los productos pecuarios de la entidad. A su juicio, los productos actúan de manera “improvisada” ante la escasez de insumo de calidad para cuidar a los animales.
“Yo te diría que mi confianza llegaría a 50%, por decirte algo”, insistió.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que esta enfermedad se trata de una de las zoonosis más extendidas transmitidas por los animales y, en las zonas donde es endémica, la brucelosis humana provoca graves consecuencias en la salud pública. No obstante puede tratarse con antibióticos y tiene un riesgo de mortalidad del 1%.
También afirmó que la falta de medidas higiénicas en la cría de animales y en la mala manipulación de los alimentos podría convertirse en un riesgo. De acuerdo con la organización, la mayoría de los casos de brucelosis se debe al consumo de productos de origen ovino y caprino.
“La enfermedad también se considera un peligro ocupacional para las personas que trabajan en el sector ganadero. Las personas que trabajan con animales y están en contacto con sangre, placentas, fetos y secreciones uterinas tienen un mayor riesgo de contraer la enfermedad. Este método de transmisión afecta principalmente a los granjeros, carniceros, cazadores, veterinarios y personal de laboratorio”, afirmó la OMS en su página web.
Asimismo, los expertos insistieron en que la prevención y el control de la brucelosis está en la constante vigilancia de los animales y recomendaron la vacunación del ganado, así como la realización de pruebas serológicas, las cuales permiten saber la cantidad de anticuerpos que un animal tiene en su sangre.
La OMS sumó otras opciones, entre ellas; la eliminación de los animales infectados y la pasteurización de la leche y sus derivados antes de ser consumida de manera directa.
El género brucella está compuesto por diez especies de bacterias. La bacteria que afecta con mayor frecuencia al ganado es la brucella melitensis, que infecta a ganado, ovino y caprino. Menos común es la brucella abortus, que afecta a ganado bovino, y la brucella suis, la bacteria causante en el caso de la especie porcina.
Aunque todas estas bacterias pueden infectar al hombre, la brucella melitensis es la especie que con mayor frecuencia se encuentra en los casos de brucelosis humana. Según la OMS, esto se explica debido a la dificultad de inmunizar a las cabras y ovejas criadas en libertad, y en nuestro país, debido a las grandes cabañas existentes de estos animales.
En Venezuela, los escasos brotes que habían surgido anteriormente en la población general estaban mayormente relacionados con el consumo familiar de alimentos elaborados de forma casera, sin la higiene adecuada y a partir de animales infestados, no obstante, actualmente se está presenciando es una problemática en cuanto al desempeño de los entes encargados para las jornadas de vacunación, por lo complicado que es conseguir la vacuna y por la escases de insumos para garantizar el mantenimiento adecuado.
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