No se ha podido alcanzar el anhelado desarrollo, tampoco el bienestar de todos sus habitantes, en parte porque sus acciones y prácticas económicas no se han fundamentado en el desarrollo sostenible, su comercio exterior se restringe a la exportación de materias primas básicas con poco valor agregado cuya explotación intensiva aumenta la vulnerabilidad ecológica irreparable.
En el presente se analiza la economía venezolana en el marco del desarrollo sustentable, vinculando su participación en el comercio exterior con el desarrollo sustentable. Se recomienda la urgente reducción de la dependencia petrolera, la diversificación económica y de exportaciones.
Para participar en el comercio internacional de forma activa con productos de alto valor agregado. El reto es el alcanzar independizar el comercio y lograr la mundialización que promueva la sustentabilidad ecológica y el desarrollo humano equitativo, integrando mundialmente las políticas comerciales.
Dado que el comercio internacional no necesariamente eleva la calidad de vida y la salud del planeta, por el contrario, todo depende del uso eficiente de los recursos para crear riquezas en concordancia con la protección del medio ambiente.
La actividad económica de Venezuela mostró un aumento de 6,8% en 2021, explicado de forma precisa por el incremento de la producción petrolera. De esta forma, el nivel de producción de bienes y servicios de la economía venezolana es notablemente inferior al de antes de la pandemia, debido a las fuertes contracciones de 2019 y 2020.
La actividad económica cayó 26% en 2019 y 25,3% en 2020, respectivamente, por esta razón la pérdida acumulada de la producción de bienes y servicios en 2021 respecto a 2012 excede el 75%, Esta merma del tamaño de la economía se ha reflejado en un aumento exponencial de la pobreza y un menor ingreso real de los venezolanos.
Un sector que igualmente aporto a esa expansión fue el del comercio y los servicios. Igualmente, el sector financiero mostró un restablecimiento tras seis años de caídas consecutivas, que han reducido la dimensión de esa rama de la economía en aproximadamente 80% en 2021 con relación a 2012.
Como bien lo hemos mencionado antes otro sector que también se ha visto de manera negativa es el de la actividad comercial que al cierre del 2018 registró una contracción del -79% y al II T 2019 ya se acerca al 50%.
Entre los factores que explican estos resultados se encuentran: la disminución del poder adquisitivo provocada por la hiperinflación; ausencia de crédito, escasez de efectivo, racionamiento eléctrico, de agua e ineficiente conexión a internet. La situación del sector es la peor de la historia reciente. Desde 2013 se registra caída continua.
En 2016 se crearon los Comandos Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP), que son bolsas de alimentos con productos subsidiados creados para enfrentar el desabastecimiento de alimentos con productos importados, bajo la coordinación del Estado por medio de la Misión Abastecimiento Soberano.
Además, se estableció que los CLAP conjuntamente con las cadenas públicas de comercialización, están encargados de la distribución de alimentos en un 70%, del 30% restante se encargan de la distribución las cadenas privadas.
Debido a la falta de recursos suficientes para adquirir las cajas CLAP, la importación se redujo 50% de acuerdo con cifras extraoficiales. Estas bolsas CLAP solo se veden a las personas que estén registradas ante los comités locales.
Venezuela pese a los grandes potenciales que posee como lo son la energética, agrícola, pecuaria e industrial, y a su trayectoria en el comercio internacional, desde el siglo XIX e inicios del siglo XX, no ha dejado de ser una nación en vías de desarrollo, caracterizada por exportar a los países desarrollados, (EE. UU. principal socio comercial tanto en importaciones como en exportaciones) recursos naturales (petróleo, hierro o acero, cobre, níquel, aluminio, plomo, zinc, estaño, y otros).
E importar productos terminados con gran valor agregado (maquinarias y equipos, vehículos, aparatos eléctricos y electrónicos, y otros). Lo cual implica un grave riesgo ambiental al realizar una explotación excesiva e indiscriminada de los recursos naturales, y una dependencia hacia los países avanzados en el abastecimiento de bienes de capital, y hasta de rubros alimenticios (carne, leche, y otros).
La activa participación venezolana en el comercio internacional se debe en gran parte a la actividad petrolera, la cual no solo ha dejado su huella en el pensamiento económico venezolano sino en la sociedad, resumidas en los espacios ocupacionales y ambiéntales del territorio; es decir, el desenfrenado desarrollo urbano, el abandono del campo, la macrocefalia de las ciudades en el desarrollo de la infraestructura social y el desarrollo de un sistema de transporte vehicular, son algunas de las secuelas que la actividad petrolera ha dejado.
No todos estos efectos han sido negativos, pero siempre han tenido un alto costo social y ambiental, lo cual inducen a la reorientación de políticas preparatorias a la era petrolera y de escasez de energía barata.
Es cierto que al asumir el Estado venezolano el control de la industria petrolera el atentado contra la naturaleza se ha detenido considerablemente, pero la herencia en materia ambiental provocó severas e irreparables lesiones.
Es importante destacar que los servicios prestados por el gobierno, expresados en las salidas realizadas por el sector público en pagos de salarios, transferencias e inversión pública reflejó una caída significativa como expresión del programa económico de ajuste ultra contractivo que se aplicó en 2021.
De esta manera, la recuperación de la economía en 2021 no guarda relación con la política económica interna sino más bien con la doble coincidencia de mayor producción de petróleo y precios más elevados, nada de los cual puede ser atribuible al actual programa económico, pero si a factores externos.
La cifra de crecimiento en Venezuela está sumamente vinculada a un aumento de la actividad económica interna del país. Desde abril, este año se vienen reportando datos, de que las exportaciones crecieron un 182% en el primer trimestre de 2022 respecto al mismo periodo del año pasado.
En abril se registraron también unos cuantos aumentos de 86% de la actividad comercial interna, ayudado por la apertura de muchos establecimientos comerciales.
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